El milagro más caro
Dicen los bien entrados que, aquellos que empinaron las finanzas públicas de la entidad actuaron con excesiva irresponsabilidad, pues resulta que ahora “por choya” cada oaxaqueño debe 7 mil 142 pesos pagaderos de aquí a 2044. En números cerrados, afirman, la deuda pública heredada al gobierno morenista es de más de $17 mil millones. Si esto de por si es asustante, los críticos de la pasada administración añaden a la pesada loza otros $12 mil millones por concepto de pasivos en materia de salud. Afirman que, entre pitos y flautas, el “legado infinito” nos cuesta una friolera de $2 mil millones al mes por concepto de réditos. “¿Alguien tiene dudas de que con el “milagro oaxaqueño” nos salió más caro el caldo que las albóndigas?”, cuestionan. Ahora, en la efervescencia, a las puertas de elegir al nuevo inquilino de Palacio Nacional, los detractores del viejo régimen plantean decirle al país: “#AlertAMéxico, no te dejes engañar”.
El “Cártel del Saneamiento Financiero”
No es por intrigar, pero en su más reciente conferencia de medios, el gobernador Salomón Jara adelantó que muy pronto exhibirá, a petición de Miguel Agustín Vale García, ex director de Normatividad de la Secretaría de Finanzas, todos los detalles sobre el “Cártel del Saneamiento Financiero”, de cómo entre 2017 y 2022 cinco municipios recibieron más $837 millones de manera discrecional. En esa lista figuran San Pedro Mixtepec, Santos Reyes Nopala, Tuxtepec, Cosolapa y Villa de Tututepec. El gobernador morenista cuestionó, “¿en dónde están estos recursos? ¿A dónde fueron a parar? ¿En dónde está la transparencia?”. Son preguntas que deben solventar Jorge Gallardo Casas, Vicente Mendoza Téllez y Jorge Hidalgo Tirado, sino quieren terminar rindiendo cuentas en un juzgado de control con suite de lujo en el Resort de Tanivet de cortesía.
Secretaria de Inmovilidad
Qué maldición estaremos pagando que con todo y la “Primavera Oaxaqueña” abundan las quejas por el mal servicio que presta la Secretaría de Movilidad en donde finge como titular Haydee Claudina de Gyves Mendoza. Afirman los usuarios que el terrible burocratismo engulló trámites tan sencillos como la prórroga para servicio público, que antes se hacía en 10 minutos y ahora, si bien te va, tarda 20 días o más. Por la misma calle de la amargura, también circula el cambio de vehículo o la renovación de concesión. Las quejas hacia el personal han ido subiendo de tono. La irritación es tal, que han aflorado gritos, insultos y recordatorios familiares hacia los servidores públicos por parte de los usuarios ante la falta de placas; si no, pregúntenle a la directora de Licencias y Emplacamientos, Katia Soledad Bolaños Flores.